Te dedicas a hacer foto y llegó el momento de pensar: ¿En cuánto debería vender mi trabajo?
Uno de los errores más comunes es fijar tus precios sólo observando los precios de la competencia.
La mayoría de los aficionados a la foto se encuentran con este cuestionamiento en algún punto de su vida fotográfica: ¿En cuánto me cobrarías unas fotos? Y, ¿qué es lo que sucede?: la mayoría comete el error de voltear a ver los precios de la competencia y basarse sólo en eso para determinar un precio.
¿Por qué es esto un error?
Imagina que en vez de fotos, vendemos tortas.
¿Qué pasaría si en vez de fotos, fuera comida, lo que vendiéramos? ¿Debería tener el mismo valor una torta de jamón y queso que una que trae varios tipos de queso, carnes e ingredientes adicionales? La respuesta obvia es no. Cada tipo de torta se vende a un precio distinto, calculado conforme a su costo de producción. Con las fotos sucede lo mismo: el costo de venta debe ser calculado conforme a el costo que implica su producción.
¿Qué elementos se necesitan para producir una foto?
La respuesta a esta interrogante es compleja, pues cada fotógrafo produce sus imágenes con varias herramientas, que van desde la cámara, lentes, accesorios y flashes hasta cuestiones adicionales como los gastos de locación, maquillaje, traslado e incluso cuestiones más complejas de valorar como su capacitación y experiencia y hábitos laborales.
Hasta la experiencia y capacitación del fotógrafo influye en el precio de venta.
Paso #1 - ¿Por donde empiezo para calcular un precio de venta?
Tal cómo si se tratara de una venta de alimentos, lo primero que hay que hacer es calcular cuánto y qué tenemos nuestra inversión. Es importante que tener muy claro cuánto pagamos por nuestro equipo y cuánto se espera que tenga de vida útil. Por ejemplo, conforme a la información brindada por los fabricantes, un equipo fotográfico promedia una vida útil de 250,000 disparos. Teniendo este dato en cuenta, podemos estimar que cada vez que apretamos el obturador, una cámara que tuvo un costo de $10,000, tiene un costo de desgaste de $0.04. Este ejercicio tenemos que replicarlo con todas las herramientas que utilizamos para producir nuestro trabajo fotográfico.
Paso #2 - Mide tu rendimiento.
Una de las ventajas del trabajo fotográfico en esta era digital, es que se registra cada click que hacemos. Esta información es muy valiosa ya que nos permite estimar la cantidad de trabajo que realizamos cada que laboramos. Es decir, observando nuestros archivos podemos tener un estimado muy real de cuántas fotografías se toman en un determinado lapso de tiempo, cuántas de estas se entregan, cuánto tiempo se invierte en aplicarles retoque, etc. Toda esta información es importante pues permite calcular el gasto de producción general al momento de otorgar un servicio.
Paso #3 - El valor de la "hora de servicio profesional"
Uno de los elementos que más comúnmente cuesta calcular es el tiempo profesional que definitivamente tiene un valor pero que no tenemos idea de cómo valorizarlo. ¿Cuánto tiempo he invertido en formación profesional? ¿La experiencia cuenta? ¿El tiempo invertido en cada trabajo relacionado debería considerarse?, todas estas interrogantes se solucionan, dependiendo del lugar en el que te encuentres, consultando organismos que se dedican a promediar estadísticas socio-económicas, de manera que a través de su consulta podemos definir cuánto cuesta una hora de un servicio en el cual se aplican conocimientos específicos y profesionales sobre un tema en un área geográfica determinada. (Esto, claramente, con la intención de agregarlo a la cuenta de lo que va sumando en cuanto al costo de producción).
Paso #4 - Establece un precio de venta "Sano"
Teniendo en cuenta todos los elementos anteriores, ahora si es momento de echarle un ojo a la competencia (no sin olvidar que no se tiene el dato de si han hecho la tarea de calcular su costo de producción o simplemente han puesto sus precios al tanteo), la idea es poder establecer una correlación entre los productos y servicios que tienen demanda y en qué volumen, para con ello establecer precios de venta sobre los cuales tenemos la certeza de que no solamente cubren totalmente el costo de producción, sino que además contemplan un margen de rentabilidad sin dejar de ser competitivos.
Si este tema te interesa, no te pierdas el taller que hemos preparado para ti en el cual te apoyaremos paso a paso para determinar en cuánto deberías vender tu trabajo fotográfico.
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