Retratos con Vino vol.2
El primer proyecto de retratos, además de divertido, me permitió ver que este tipo de ejercicios son una excelente oportunidad para entrenar el ojo fotográfico. Si hay algo interesante (fotográficamente hablando) sobre los efectos que tiene el alcohol en las personas es la forma en como este influye en el control de los microgestos.
Cuando se habla de retratos, los gestos son el punto de conexión entre la imagen y el observador. Hemos pasado una vida entera aprendiendo a interpretar pequeñas sutilezas y sin darnos cuenta, nos comunicamos a través de ellas. Es por eso que para el estudiante de fotografía (como yo), resulta importante ir afinando la consciencia sobre este punto, ya que en la medida en la que podamos reconocer y capturar gestos también podremos evocar emociones.
Muy al estilo de la serie "lie to me", échense un clavado a una pequeña muestra de este experimento y observen las diferencias, a veces a penas perceptibles y otras muy notorias, respecto a los cambios gestuales que se generan por el consumo de 4 copas de vino.
Próximamente podrás encontrar aquí el enlace a la publicación correspondiente, junto con todo el material generado y sus observaciones pertinentes.